lunes, 5 de enero de 2009

La originalidad del dance actual, en crisis?

Queda patente la manifiesta falta de ideas en el dance del nuevo milenio, partiendo de que una gran parte de las canciones dance que ahora escuchamos son un remix de canciones dance de los 90 o bien versiones dance de temas tecnopop de los 80; si bien me doy cuenta de un gran desconocimiento por parte del público de que aquellos temas tan geniales que el DJ de turno está pinchando realmente no son versiones originales sino meras revisiones actualizadas a los gustos del momento, normalmente con toques latinos y sensuales, o con ese tamborileo de graves con que nos tienen últimamente acostumbrados -la verdad es que generalmente ni los propios DJs, normalmente veinteañeros, conocen la versión original, todo una pena-.

Estos petardeos de graves, que nunca han acabado de convencerme, son patentes por ejemplo en el tema Infinity 2008, remix de DJ Klaas, versión actualizada del Infinity de Guru Josh, de 1990. Escuchemos en paralelo los dos temas y decidamos cuál preferimos, si el estilo y la magia de la original (pura nostalgia) o la más contundente versión actual, impregnada también de ese toque sublime, casi épico, que impregna el saxofón cada vez que entra en escena, pero estropeado en algunos puntos por la matraca de bajos.

Esta falta de originalidad actual queda también impresa en los vídeos musicales. Ya en los vídeos anteriores se pueden contemplar las diferencias: mientras que en el nuevo milenio parece que necesitan enseñar chicas semidesnudas, barbies recién salidas de quirófano -¿alguien entiende a qué viene ese streaptease erótico delante del televisor, con martillo incluido?-, en la década de los 90 se centran en la fiesta, gente bailando y pasándoselo bien, chicas monas pero ante todo alegría y diversión, mucha fun y tiempo de 'mon'; mientras que en la década de los 80 queda reflejada la elegancia, el estilo, el romanticismo.

Veamos el vídeo musical de Valiere, de Steve Winwood (1982), y comparémoslo con la versión actual de Eric Prydz titulada Call On Me (2004), en referencia al segundo estribillo que se repite en la original. Un vídeo erótico el de Call On Me, más allá de la sensualidad; sí, están todas las chicas muy buenas y a los chicos nos gusta el vídeo pero, nuevamente, ¿es necesario que hagan ese vídeo con movimientos pélvicos exagerados, pechos a rebosar, cuerpos sudorosos, toqueteos y golpes en el trasero incluidos?. Por contra, el más casto y puro vídeo de los 80 sólo nos muestra la belleza de la tal Valerie en su rostro y su movimiento de cabello, sensual sí, pero elegante también. Creo que la canción no necesita nada más.

La falta de originalidad afecta incluso a los propios grupos dance de los 90 que, impotentes por reecontrarse, emplean la fórmula barata de versionar en el nuevo milenio alguno de sus éxitos. Es el caso de 2 Unlimited, uno de los grandes de los 90, que ha versionado dos de sus grandes éxitos bajo el nombre de No Limit 2.3 (2003) y Tribal Dance 2.4 (2004), honrosa versión esta última, no así la primera. También el grupo Amen! -conocido también como Amen! UK- versionó, o más bien destrozó, en el 2003 su hit Passion. Se vuelve a demostrar lo comentado: las imágenes de los vídeos llenas de originalidad y estilo en los 90 versus cuerpos esculturales y sensualidad en los 2000; sonidos limpios y pureza electrónica en los 90 frente a distorsión sonora en la presente década -¿cómo han podido apagar y distorsionar lo mejor de la canción original, esos subidones de adrenalina electrónica, y disfrazarlos tras esos bastos graves?-. No pueden ser considerados más que unos herejes, unos vendidos, como podréis comprobar (a la izquierda la herejía).

El toque latino también se refleja en las versiones dance modernas, debido a la gran inmigración y al éxito de lo latino en el mundo anglosajón. Un buen ejemplo es este Ritmo de la Noche (Latin House Mix) que realizó Chocolate en el 2007, versionando al famoso tema de Mystic (1990). Sumerjámonos en la noche latina y en sus ritmos hipnóticos, sexies, veraniegos....

Existen otras muchas revisiones que bien se han acercado a la calidad de la original -o por lo menos le han dado un toque diferente, más bailable, como el Voyage, Voyage de Kate Ryan versionando el famosísimo tema ochentero de Desireless-, o bien incluso la han llegado a superar, como ese magnífico Because The Night de Jan Wayne (2002), versionando el tema homónimo y rockero de Patti Smith de 1978. Otra interesante versión dance fue la que realizó Co.Ro feat. Taleesa en 1992, que alcanzó Nº1 en España, con coros incorporados del ochentero Master and Servant de Depeche Mode. Merece la pena escuchar estas dos versiones dance que se llevan 10 años de diferencia y ver sus vídeos musicales, donde quedan una vez más palpables las diferencias visuales de ambas décadas.

En definitiva, y aunque parezca lo contrario, sí me gusta que hagan versiones dance de temas de los 80, o versiones actualizadas de temas dance noventeros, porque así es mucho más probable que lo escuchemos en los bares en la fiebre del sábado noche, si bien reconozco que en la mayoría de los casos no llegan a la suela de la original y me quedo con ganas de ir a donde el DJ de turno y decirle: "¿pero tú, patán, no sabes que esto es una versión cutre de un maravilloso tema noventero de...? ¡Ya nos la estás poniendo!"


R.O.C.

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